Su tierra rojiza simula un paisaje fantasmal y misterioso. dónde sus picudos farallones esconden, bajo sus entrañas, el oro de los romanos.

Finalizada la explotación minera  hace siglos, el paraje de las Médulas se convierte en un bello paisaje de gran atractivo turístico, que se completa con la infraestructura museística de un aula arqueológica.

Este sistema de explotación fue llamado por el geógrafo y naturalista romano, Plino el Viejo,  «ruina montium».